Game Zone: Remnant From The Ashes

Remnant From The Ashes es un shooter cooperativo en tercera persona con mucho carácter y con mecánicas con mucha personalidad pero al que no le vendría mal un pulido en ciertos aspectos que empañan la experiencia final.

Si la primera impresión es la que cuenta, es muy posible que la imagen que se lleve el jugador durante la primera media hora de partida pueda hacer torcer el gesto a más de uno. Parece difícil encontrar una representación menos fidedigna de lo que ofrece Remnant que lo que vemos en pantalla: unos escenarios algo insulsos, una historia que no acaba de hacer “clic” (y no lo hará durante toda la campaña) y un enfoque en el combate cuerpo a cuerpo que supone la parte más residual de lo que son los enfrentamientos en el juego. Y la cosa no mejora cuando llegamos al hub principal que nos hace de base, que tiene un aspecto genérico y con personajes poco trabajados. Es una de las peores tarjetas de visita que hemos visto recientemente y ha habido unanimidad en redacción al considerar que da la sensación que el juego se sabotea a sí mismo de buenas a primeras.

Por fortuna no tardamos mucho en descubrirle las bondades; basta empuñar las primeras armas para darnos cuenta de que ahí es cuando el juego empieza a brillar. Muchos enemigos pueden parecer carne de cañón pero todos ellos son distintos, con patrones definidos y variados y que hay que tener en cuenta especialmente cuando vienen en grupo. No es un juego de From Software ni tampoco es un Ninja Gaiden, no nos va a matar el primer bicho de turno, pero hay que ser disciplinados con los disparos y la munición y ser cuidadosos a la hora de avanzar por los niveles, porque no es difícil caer en una emboscada que nos haría retroceder hasta unas piedras rojas que hacen las veces de hoguera de Dark Souls, para entendernos.

Aunque el juego nos presenta 3 arquetipos de héroe a escoger al empezar la partida, eso solamente sirve para determinar el equipo y habilidades especiales con las que se comienza. Lo único que define nuestro personaje son las armas y armadura que vamos a utilizar y eso lo podemos cambiar en cualquier momento. Armas hay una cantidad considerable, tanto de principales como secundarias o de cuerpo a cuerpo, pero es muy posible que tal y como funciona el sistema de mejoras decidamos solamente ir con unas pocas durante toda la partida. Nosotros probamos todas las que pudimos y al final seleccionamos las que mejor se ajustaban a nuestro propio patrón de juego: arma de largo alcance, SMG para las distancias cortas y armadura ligera para poder esquivar con más frecuencia. Por la cantidad de enemigos que el juego nos tiró a la cara, es muy posible que nuestra elección no fuera la más adecuada pero bastó para pasarnos el título sin excesiva dificultad.

Distribuidos a lo largo de los diversos mundos que componen el juego, con enemigos “tematizados” según su localización, iremos encontrando mejoras que incorporar a nuestro arsenal y ganando experiencia para ir subiendo de nivel. La mayoría de las mejoras son intercambiables con lo que podemos configurar nuestro arsenal al gusto o cambiarlo según las necesidades del momento: durante mucho tiempo llevamos un mod que al cargarse creaba un aura de curación a nuestro alrededor, ideal para grupos, pero pronto lo descartamos para ir con uno que nos proporcionaba una torreta para fuego de apoyo.

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