Hay mil caminos que conducen hacia la excelencia, y el Studio Koba se han propuesto explorar el máximo número de ellos a través de Narita Boy. Porque el estudio catalán se niega en rotundo a que su primer videojuego sea un simple festín visual, y lo consigue a base de derrochar talento. Consagrándose a la hora de dar forma y fondo a su propia distopía digital de acabados exquisitamente artesanales. Como resultado final, "Narita Boy" es más que un videojuego de acción elaborado con extra de cariño, sus partidas son una exquisita expresión de arte en movimiento.
Con un pie puesto en la fantasía clásica y el otro en la ciencia ficción, Narita Boy se nutre de incontables referencias del cine, los videojuegos, la televisión, el cómic o la literatura para trasladar al jugador a un próspero reino digital necesitado de un salvador. Porque, la estructura argumental de Narita Boy obedece al clásico cliché del viaje del héroe, pero la verdadera historia que Studio Koba abre muy poco a poco al jugador es la de un genio que acaba obsesionado y a merced de su propia creación, Y es que el pixelart y la estética de Narita Boy enamoran e irradian carácter propio.
Sus sensaciones clásicas de aventura y acción, ya pasados unos complicados tramos iniciales, están muy bien ensambladas; y su trama acierta a la hora de alternar momentos de intimidad, reflexión y redención con escenas de pura epicidad y combates finales que emanan sensaciones de arcade. Estando el conjunto siempre al servicio de quien tiene el mando en las manos.
En lo jugable, Narita Boy nace con la esencia y el porte de un nuevo clásico: sus mecánicas de exploración plataformera y los inevitables enfrentamientos con marcados tintes de hack'n slash cristalizan los aciertos de los títulos de acción de la época de los 8 y 16 bits con esa marcada denominación de autor de los máximos referentes de la actual escena indie. Studio Koba se corona en su modo de hacer converger ambas influencias llevándolas a un exquisito punto medio.
Las soberbias animaciones se apoyan en un sistema de control inicialmente intuitivo que va ganando acertados matices y nuevas capas de profundidad conforme evoluciona la experiencia. No solo a través de mejores ataques y más opciones de movilidad, sino introduciendo enemigos y localizaciones que nos exigirán ser tan diestros a los mandos como observadores en los detalles y rutinas.
En este aspecto, Narita Boy deslumbra en lo artístico. Y si su pixelart enamora y su banda sonora va a juego con el conjunto, a través del motor Unity y con varios ajustes visuales, el Studio Koba se corona al recuperar con notable naturalidad el efecto y las sensaciones de jugar en un televisor de tubo. Haciendo que la estética resultante del conjunto sea, a su modo, parte de la propia experiencia. Tanto de su carácter como juego como de su propia narrativa. Una extensión total de la propia identidad del título.
Narito Boy está disponible para PlayStation 4, Nintendo Switch, Microsoft Windows, GNU/Linux, Mac OS, Project Scarlett, Xbox One y fue lanzado el 30 de marzo del 2021!!!.

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